El inicio de la humanidad es un misterio perdido en el tiempo. Sin embargo, los registros escritos nos han dejado suficiente material como para poder reconstruir esa historia. Hagámoslo una vez más con una analogía: La llegada de Colón al Nuevo Mundo. A finales del Siglo XV, Colón armó una expedición para investigar una nueva ruta a las Indias, sin saber que lo que realmente iba a descubrir era un mundo totalmente novedoso para la Europa de entonces. Formó una tripulación de delincuentes y convictos con la promesa de que, si tenían éxito, iban a ser redimidos de sus crímenes. Y una vez llegados a ese Nuevo Mundo, luego llamado América, se dedicaron a catequizar y colonizar a los nativos, inculcandoles los usos y costumbres de la Europa de entonces. Bueno, aparentemente, el inicio de la humanidad en nuestro planeta tuvo parámetros similares al del descubrimiento del Nuevo Mundo. En el orden establecido en aquella época del inicio de la humanidad, las huestes angelicales eran comandadas por un comandante o jefe que se llamaba “El”. Y Lucifer (cuya traducción literal es “portador de la luz”), era su mano derecha. Lucifer se insubordinó, pero fue derrotado por Él. Como castigo, perdieron Lucifer mismo y sus seguidores su condición de ángeles, siendo obligados a encarnar a los homínidos terrícolas de aquel entonces. Y así, se dio comienzo a lo que evolucionó como nuestra raza humana. Los convictos que viajaron al Nuevo Mundo con Colón, lo hicieron en pago de sus crímenes anteriores, para ser exculpados de ellos. Mientras que los ángeles caídos, comenzaron a encarnar en la Tierra, en pago de su desobediencia a Él. Todo esto, en perfecta concordancia con el Génesis de la Biblia, que nos habla de un Paraíso, de un pecado original, como fue el haber comido de los frutos del Árbol de la Sabiduría del Bien y del Mal, y de un destierro de Adán y Eva, en pago de esa desobediencia. Colón – Él – Dios. Los presos – los Ángeles Caídos – Adán y Eva. Crímenes anteriores – desobediencia a Él – haber comido el fruto del Árbol de la Sabiduría del Bien y del Mal. Los Ángeles Caídos, su representación en el Génesis de la Biblia y la analogía de Colon y el descubrimiento de un Nuevo Mundo, son absolutamente comparables. La analogía es perfecta…

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Ricardo Carrera